jueves, 9 de julio de 2009

LA CHARCA DEL CETÁCEO (I): "TEORÍA DEL TOLLAR"


Al corazón de los jabatos, callado en la congoja por una adaptación fracasada [Umberto Eco]; al cerebro atormentado en medio de un desfile de neuróticos, y al amor a la repugnancia...

[Guarda che luna, por Tav Falco]

... Me da que los sudores fríos en pleno centro de calle 23 donde el Habana Libre...; al mirar aquel día hacia arriba del roquedal por San Juan de la Peña...; mi compás a los vómitos del cámara de TVE sobre la cubierta del arrastrero de Cambados; o estos tres Directores Generales, incluído el "nuestro", ante la Plaza de Toros de Aceves y avulense ... Para mí que todo fue cosa del diablo [dícese del que queda a los pies del percherón por nombre estrés] Sino ¿de qué te van a venir de gratis los islotes del páncreas en luna de miel sin insulina...? ¿O ese "fenómeno del alba" cuando se eleva la basal, y el intríngulis por el que las lancetas bailarán con un tofu japonés, que combina a las mil maravillas con un... cascanueces para tres piezas de España (como si se tratara de una composición para ballet y agujas)...? ¡Adiós mi Bucanero de Cuba, rubia como la cerveza! ¡Ay de mí...!: "Quien no deja de dar caladas está pidiendo a gritos que más pronto que tarde le amputen un pie". Los análisis han dado Mellitus adornada de... [no debo dar más detalles pues denotaría al impulsivo que va por fuera] ...unas galopantes hipers que circulan en un suero cargado de resabios.

-¡Por Dios! No dramaticemos. ¿Dónde has leído semejante cosa?- desmintió la doctora Rovira, temerosa de verme camino de la chimpancé Hai-Hai, a sus cuidadores chinos, a que me indicaran prontamente qué música pop, qué divertimentos aeróbicos, qué clase de raviolis la habían proporcionado hasta conseguir que abandonara [el bicho] su hábito.

¡Pero qué nivel, Maribel!: Uno, reportero diabético, y el Fran Sevilla se ha vuelto a marchar, otra vez, a los desiertos; Gabilondo acaba de lucirse, al aire de su despedida, con una súplica al perdón por sus accesos de ira (!); hablan unos en la quimera de encasquillar los gatillos, y los otros en que sacarán a todos los suyos de los cementerios [¿Pero no quedamos en que habían sido crímenes sin una causa común...?]; tenemos prácticamente al global de los formatos tras la pista de una exclusiva arrancada a dentelladas en las calles [florece la cámara loca como anteayer fue la moda del acoso espasmódico a la manera de los de Atlas]; y la radio-"te-le-diré" del Estado emprende una etapa incierta a la par que inédita.

Bien, ya estamos cada cual donde debe...

Me anticiparé a describirles, con el buen gusto que nos caracteriza, cómo miccionaba, cada treinta minutos aproximadamente, un ácido aceitoso de cuyo sabor ya dieron fe los antíguos, quienes atestiguaron su asemejanza al dulzor de la miel de Malta. Oséase, ya tenemos una corriente homérica y un destino: la isla global de habas de soja, con aranceles, del Ecuador o del Sudán; la roca en que naufragara Pablo y antes raptaron a Ulises; la verdadera escena del auténtico Halcón Maltés...y, en fín, la cuna del señor Brenan y la nueva Europa de la que hicimos de testigos...

Un serpenteo tal al narrar -no vayan a creer- es fruto de mucho arrastrar noventa y dos kilos de ansiedad adheridos a una panza que embruteció de halagos: una manía, como otra cualquiera, por urdir transmisiones engarzadas y creerte un imprescindible figurín reticular.
-“Sé conciso[...]”, solían.

-"Soy un niño... ¡soy un niño!"- repetía un nervudo de estirada osamenta, todo un clásico habitual por Madrid-Centro, uno más, no me cabe la menor duda, en la extensa lista de diabéticos acelerados.

-... "¿Quiere que le cante[...]?". Y se trataba de la innoble Generala que la Radio Nacional aún acarreaba con la estela legada por Millán Astray [Observen que venimos de ser fundados, en medio del fragor de la rancia España, por un manco guerrero tradiccionalista, tuerto totalitario, mutilado en la defensa de su salvaje credo legionario y por su encono al azañismo...]


El otro sí de este entrañable callejero consistía, toda vez que le dabas cuerda, en afinar la coetánea del Colacao de Guinea, pues tampoco tenía por qué conocer el infausto la sórdida manera con que, desde el despacho de un abogado republicano aspirante a rey (el Trevi), el seboso e implacable cabrón de Macías transaccionaba mucha de esa materia prima. Además, ¿a cuento de qué iba Reticulín a sacar a colación ese tipo de detalles si él sólo buscaba el reclamo a su canción...?

En medio de tales disquisiciones, leí algo sorprendente: [No estaba solo] Cuando aquí nadie hablaba de otra cosa que no fuera de negociación, o de conversación, o de como quiera que lo llamen..., uno de los huídos, y mayormente hacedores de ascos -un Ternera- andaba desesperado, dejando rastros vaporosos por las urgencias de ciertos hospitales próximos a la frontera belga, en busca de unas dosis...¡de lo mismo! ¡Caray, va a resultar que, aparte de las agujas, nos toca compartir una porción de Hb [hemoglobina] con, valga el símil, lo que queda de una de las terribles paradojas a que te avocan los maximalismos...

-"Una civilización sin demencia, sin criminales y sin guerra"- bendice un folleto vacuo y justiciero, éste de los cienciólogos de Hubbard, y que olvidó añadir... "y sin testigos".

Sí. ¡Ay de los enjauladores!, y de sus vías solucionadoras...: "Donde el capaz pueda prosperar, los seres honestos puedan tener derechos y donde el hombre sea libre para elevarse a mayores alturas".

"Dejad que hable cualquiera cierto tiempo, y vereis cómo consigue prosélitos" (Stevenson).

Disculpen por lo escabroso, pero ¿verdad que fuímos avisados de que... detrás de un buen culo viene una bonita mierda?... ¡Ea!, ¿tanto nos costaba imaginar nuestro bonito cadáver fulminado micrófono en ristre...?
-“Te quejas como una vieja[...]”- dice el joven rocker, ¡todavía!, no entendiendo del por qué de los suspiros de hambre de aire...

Luego llegó lo del chapapote, y, con él, la resistencia del páncreas; que nada por cierto ha de ver, ni mucho menos, con Bloque que valga. Fueron otros los tragos..., delante de un cordón de idearios, de unos señalamientos, de cercos, de pintadas, de acompañamientos -todo mayormente ajeno- y otros sapos que habríamos de tragar [síndrome hiperosmolar lo dicen]

¡Y eso sin haber llovido sobre nuestras cabezas otra esquirla que no fuera el ánsia de sobrevivir!:

Así como el barro precisa de la paja para tener consistencia, y ser pared..., el terruño de donde a algunos nos arrancaron conforma una buena parte de la Iberia que acostumbra a los silencios. Castilla "la Vieja": la poca huella que deja un meteorito al caer [Cortázar] sobre un rastrojo yermo.

Nada de héroes -no es el caso- don Carlos Herrera...: "¡Eres mi héroe!", regalaba el zalamero en día tonto, tras escuchar el tembloroso aguante de otro día ante un batasuno [quizá se lo cuente a ustedes]

-"¿Adónde vas, siempre corriendo[...]?"-

-No lo sé -pensaba a veces- quizá huya de mí mismo... [Revientas las pompas de jabón, y de ellas sólo salen jaztancias, que es la nada]

-"Valeroso y competente titular de[...]"- encabezaba sus misivas el Maestro Gracia, uno que componía sintonías para Pototo y Boliche en Gran Vía, 32.

Claro que, bien mirado...

-"Si no te escribes cartas a tí mismo, ¿quién lo va a hacer?"- tal como interpela al cinismo Luis del Val.

-"Pues si no interesa, lo tollas" [Tollar=Enterrar en fango; cada sendero tiene su atolladero"], expresa el refrán, y el padre...¡Y más, pienso, si se trata de sacar a la luz cualquiera de los dementes que parasitan en nosotros. Como el perder ya lo heredaron..., a nuestros procreadores se les va la fuerza en lo bien que ahuyentan el ancestral respeto por quien puede hacer daño; o en encarar su adversidad confundiendo al ladrón...

-"¿Te vas a ir dónde...?"- dijo no más, y mudó la cara.

Se presentó al poco del alba, tan alterado, en el despacho de un director ajeno a mi intercambio de misivas con los Combonianos...

-"¡O me le quitan eso de la cabeza, o prendo fuego al Seminario...!" [Mi atolondrado de entonces, el cristiano -ya me lo dijo Matilde Fernández-, el que también se carteaba con un romántico marxista de El Ciervo por nombre Alfonso Carlos Comín -conservo ufano su firma en puño y letra-, el que conjugaba sus primeras paradojas -del trabajo en las barrancadas obreras a los calentones de éxito del rojo cura Paco [García Salve]; de la visión cosmogónica del paleon-teólogo Teilhard de Chardin al "sacrificio infinito", según lo leías de un tal Guy de Larigaudie...; pues bien, ése fui yo: que pretendía cambiar el hábito con fajín azul por el blanco destellante que usan por África para redimir socialmente un continente, y no es rima]

-"¡Ay, el hijo que he entregao, va para 28 años, y no sabemos pa'qué!"- suspiraba profusamente la madre oscense de un sanjuandedios a quien suponía perdido en la desesperanza. Y no...

Pero mi postulante interior no pasó de tararear, en la Fraternidad de Enfermos pucelana..."Tengo una mu-ñeeee-ca, que dice... oui, oui, oui [...] O, a lo sumo, un... "¡Congratulei-tions, qué bueeee-na suer-te[...] Y esto no tiene por qué invalidar lo posterior:

Kierkegaard a las seis de la mañana: Desmontaba la puerta del armario de la "celda" -así quedó, de par en par- y pernoctaba encima de su tabla entre sobresaltos existenciales.

Y, con la edad, cambias la meta por el tiempo [más de lo mismo]...

-"¡Me voy, me voy!... Como en Alicia, por no verte entre Los secuestrados de Altona [Reconozco que aquí he dramatizado; un drama es el martirio de la mente con muchas ideas, a lo Sartre]

Con ocasión del inicio de los bombardeos sobre posiciones talibanas -noviembre de 2001- nos encontrábamos por la Córdoba gitana haciéndole gracias al euro desde el Patio de los Naranjos. A las siete de la segunda tarde llama el jefe...

-“Sin ningún compromiso: te propongo y te lo piensas... Reconozco que es tarea para un loco... Desconozco si tienes pareja, y...”-

-“¿Qué pasa, Ventero? ¡Larga...! ¿Qué ocurre?”- rompiendo el mutis, perplejo.

-“¿Estarías dispuesto...? ¿Te irías a la guerra?”-

¿Y quién no suda frío, oye...? Y balbuceas, y palpitas...

A Ventero, de filial pertenencia al clan de los avulenses, les gustaba sorprender con interrogantes dubitativos. Cosa de Castilla... Me recordaban al tartamudeo -cuando quiere, voluntario- de un Delkáder, en la SER, al proponerte torcer tus tumbos; que te quedabas de gris perla.

-“No, no estoy de coña: Fran Sevilla está, como sabes, en Islamabab; aquí, en la Redacción, no acabamos de encontrar[...] Unos tienen problemas familiares, otros no quieren[...]

-"Tendrías que irte solo, por la frontera de Tayikistán; buscarte la vida, tú sabes moverte bien... Con dos millones, metidos en los calzonzillos o donde puedas [Sigo mudo] Es una guerra... Piénsatelo; con toda confianza... Tienes que vacunarte; llevarías el teléfono de satélite, un generador[...] La UER ha montado un campamento, en terrenos controlados por la Alianza del Norte, en suelo afgano. Están allí ya Luis de Benito, y otras Televisiones[...] Bueno, te llamo en un rato, y te lo piensas”, y cuelga.

Llamé a Madrid, y llamé a Zamora[...]

-¡Estás majara! ¡Que vaya otro...! ¿Te das cuenta de que es una guerra...? ¿Tú qué te has pensado que es eso...? ¿Has visto el Telediario?: ¡Se acaban de cargar a uno, y a otro más le han secuestrado...! ¿Qué pretendes...? ¿Volver en una caja de pino? ¡Te van a hacer picadillo! Tú no llegas ni a la Base ésa... Y nosotros ¿qué hacemos...?, ¿llorar mientras tanto? Voy a llamar a Ventero, y os vais a cagar los dos..."

Apoyados en ésa extensa argumentación, dalo por perdido:

-“Ventero..., ¡no sé inglés! -buscando algo de peso- ... y ¿en qué coño me voy a hacer entender desde el mismo momento en que me encuentre en la dichosa Embajada talibán ésa de la capital tayika...? ¿Y hasta que contacte con los de la Alianza...? ¿Con qué señas...? ¿Negocio en mudo con salteadores...? ¿Solo, por arenales..., quizá encima de un burro, o, en el mejor de los casos, alquilando un desvencijado furgón...? ¿Como un hombre orquesta -dos millones en el calzón, teléfono satélite, minis, generador, mochila de ropa...- y a merced de cualquier cortabolsas hasta que cruce ése río en la frontera[...]?”.

No fueron las bombas... Bueno, no lo sé. Ese sendero alternativo que toma Fran, entre fusiles, una vez deja Jordania desde Amman y entra en dirección a Bagdad, por el Desierto de Siria..., ¿no es el mismo donde mataron...?

-"¿A quién gritas...? ¡Seguro que habrá hasta escorpiones[...]! Además..., ¡estoy enamorado...!!" Se hizo un silencio muy corto...

-“Indudablemente, no das el perfil. Déjalo...”

Me sumí en la desolación del cobarde.

Efectivamente, en la noche que había precedido a esa conversación, habían secuestrado al primer periodista, francés para más señas, y era mujer. Infiltrada y cazada a pesar del burka. Veíamos a Carlos Hernández, a Jon Sistiaga -ya no digo a la chica de mis sueños, Almudena Ariza (ella sí está ahí)- y, los que amamos esto, nos comeremos las uñas (=Dícese "tollar"]

2 comentarios:

  1. ¿Dónde escondes esta pluma, cetáceo inmenso de la palabra, que filtra y aclara la charca donde bebían los demonios para que ahora puedan beber los niños y los ángeles?.

    Todos tenemos derecho a disfrutar de tu literatura ya que ahora no podemos de tu voz. Sigue rememorando tu pasado para hacer materia también el mío. Estoy contigo en la laguna, que no ya charca, y me pongo a temblar por nuestro mundo de los 4150... Y es que los números sólo adocenan y aprisionan. Ahora me doy cuenta.

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  2. ¡Tenías que ser tú, "manguita" de coletas..., la primera! Sí, allí en el cúmulo de los 4150 he dejado ya la pista...: Se nos quedó pobre, peque, con lo muchísimo que también le debemos, pero.... de un jardín hemos pasado a un bosque inmenso, lo menos la Selva Ngera...! jeje...

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