[Canto sufí, para el laud del tangerino Metioui]
-Quien eso dijo, se equivocó-
Raisuni, líder de los Ulemas del norte marroquí desde Xauen.
-"Yo marcho al reclamo muy lejos, donde pace el berraco del mufón, a 2.400 metros de altura, en los campos de El Nemprea, con mis machos...¡mírales que hermosos son!; aquel es El Lolo, y ése otro es El Moñas y, los demás, El Chato, El Villas... [así hasta veitiun ejemplar] sin capucha ni sayuela, al desnudo, con un esterillo. Unos 9 años tienen, que los cogímos en el Corralillo Baila, en El Gilillo y en Los Castellones; estos así están en el cazadero y aparece un buitre..., jamás les verás haciéndose el mochuelo o yéndose de hurto[...]"- De Pepe, el montero de Cazorla.
Como nuestra virtud no es la distancia... -“olereis en alta mar tierra donde no la hay”, avisaba un aparecido a la tripulación a punto de zarpar tras la ballena blanca y solitaria- poco sabemos del desmarque en una tangana -el carrito de la calle donde en Africa te sirven Nescafé con leche en polvo- y, en vez de ceñir nuestro trabajo a... “cargar con la grasa para encender las lamparillas del mundo...”, nos arredramos ante el indeseable y nos ponemos a esperarla [a la asesina] con la luna nueva de abril... ¡Ignorantes! ¡es ella [la noticia] la que nos elige a nosotros, y no al revés. Eternamente tentados a la casuística, impelidos a lo absurdo, a lo asombroso.
-"El 3 de septiembre de 1973, a las 18 horas, 20 minutos, 12 segundos, un moscón de la familia de las gasterodide, capaz de batir las alas 14.000 veces por minuto, se posaba en la calle [...]; justo en el mismo instante [...]"- así arranca El fabuloso destino de Amélie de Poulain. El destino y su concomitancia.
Extraños tonos a contraluz...
Eso de ahí afuera presenta mala color, verdad dolida, sociedad y ciudadanos enfermos...Dirigidos los focos hacia una masa deforme, se la descalifica intitulándola de iletrada, y al reportero entre ella…
Una sensación de patoso te aflije... ¿pero tú qué pintas, apostado en una acera, como un encuestador del INE? Naces intruso, sin los atributos de un Günter Walraff, ni siquiera el de indeseable. Y, para ser tú mismo, escoges al lego como tú: dar rienda suelta a ese circo de... “É'to ¿pa'qué'eé...?”. Treinta años pasaste con idéntica respuesta... “¡Pa'la Radio!”. Y vuelven, y vuelven... “¿Para Antena 3?", "¿Para Tele 5?", "¿Para Television Una...?” -demandaban ellas- mientras tú... “¡No, señora!; para la R-5", como si de tratarse fuera de una Radial, y de pago. Idéntica cantinela, e idéntica señora [¡tiene que ser la misma señora que se multiplica por doquier!] Cuando no... "¿Esto cómo va...?", inquiere azaroso tu interlocutor. "¡Déjate llevar...!", les dices, y se fian, oiga.
¡Gloria a las afirmaciones de puño que procuran arreglar el mundo de un plumazo...!, porque desvelan visceralmente la opinión soterrada. La gente ni engaña ni miente: se confunde, tergiversa cuanto oye o padece, le da la vuelta al calcetín de los prontos que le llegan a su boca, busca la tramoya del paso a la posteridad, sacan el sermón memorizado, te vacilan, les vacilas, repiquetean con sus delirios...; y su incorrección se convierte en un testimonio resueltamente libre, cargado de significados.
Como suelen carecer de flema, salvo opresión, la radio toda se llena de sensaciones, de olores, de gestos y aspavientos, de mechas prendidas. Somos icono o diana, también para la furia: un ábaco chino no valdría para contar los paseos a los que nos suelen mandar... ¡aire! ¡carril!, y muchas más. Tú feliz como un relámpago en el trigo [Cortázar vuelve] ¡vaya que sí!, que ¡hasta te meas de adrenalina!
Justo en las horas iniciales del humanizida 11-M... interrumpimos para[...] Antonio Sigris ha barruntado lo que andan temiendo por Moncloa: que, según fuentes próximas a los jueces de la Audiencia, se apuntan indicios de más de 60 muertos; a continuación, 120... Temblamos. Los Boletos no le siguen(?)... [Nos consta que Interior maneja ya una cifra incluso cercana a los 200; eran las 13:30 de la tarde] Que se vieron venir al orbe entero de PRISA incriminando al aire; a voluntariosos tipo la tele local con que cuenta en Ourense el Padre Silva y su Ciudad de los Muchachos. A altas horas de la reflexión, pasaban de las doce, iban los grupos de manifestantes, calle Hortaleza arriba, exigiendo a la gente... ¡a Sol, todos a Sol, que nos mienten! Los tonos de los celulares recrearon el averno con algo más que melodías.
Elevada a la categoría de tótem, la Víctima del 11-M queda fatídicamente apartada de la de ETA por ese rictus de autoinculpación, lágrima inagotable, a que se ha visto avocada media sociedad española, en un callejón de espejos deformes donde es imposible separar la decisión de las urnas de la salvajada terrorista.
Siendo lo cierto que, con el 11-M, vino lo innegable: una nueva generación de españolitos extremadamente afectos al paradigma mediático, acerado de impactos y ventanas de Red -slogan- y referenciado de poses vacuas, o del color del arco iris. ¡Vuelve la España del raga-fiesta! Por contra, la torpeza y el desdén con que el PP se comporta frente a tales demandas, la roña a la que cae en rodearse, la cosecha de antipatía que recoge por su desmesura en despreciar la transformación de las cosas, lo poco en que reparan en los añicos hechos por seres tan ruines como un Pedro Ruiz o una Norma Duval, la propia Ana Botella que se ciega de temor a la grosería de un zarandeo, el Dragó de los mil cuentos..., y Aída: otra pájara megalómana mayormente odiada por el sentido común y el ridículo, personajillo cagón a través del que los hermanastros del Crónicas, con la habilidad que manejan, trituran a terceros: cierto político, con todo el poder que tuvo, aprisionado en el vacío de los suyos y su propia estupidez.
Tras el mal sueño de la España perdedora, electoralmente hablando, Tele 5 se descuelga machacona con el ¡rodarán cabezas! de Slipy Holow, y, para mayor colmo de insensateces, acuden a nosotros las hirientes interpretaciones de lo ocurrido desde allende los mares y las estepas: capitulación, chantaje, cobardía..., según los dirigentes rusos mirando, ¡ay!, a Chechenia.
España de cabo a rabo, con la campaña teñida en sangre, ¡once millones por sus calles!: la marea tan alterada y, con las que vimos, sin el menor desmayo, en una tarde-noche muy hostil, bajando por todo lo que confluye a ese valle-río que es la Castellana, como si alcanzaran a ser dos millones parecidos de paraguas los que emergen por la boca de Atocha, las cinco horas de transmisión y de torrencial que hizo crepitar a los inhalámbricos Pastega, banderas de la América hispana con crespones, las anchas cruces de los andinos con la leyenda... “en ese tren íbamos todos”, y van del codo de militares franceses uniformados o de vascas que te saludan por su toponimia... “¡Hola!, soy Maite de Azpeitia...”(¡), el lazo pegado a las mejillas de los jóvenes que se envuelven en una empapada bandera y responden... “¡claro que importa quién ha puesto las bombas, a mí sí me importa!”] Los meses de crespones enarbolados a farolas, escaparates, ordenadores, antenas..., aquel minuto de silencio -nunca antes- del mediodia del 12M, lleno de sinificados, por Europa entera sintiéndose toda ella la Víctima..., y la Plaza de Cristo Rey, un mar de batas blancas -del Clínico, la Concepción- y les aplauden desde las elevadas oficinas de los edificios... Las Redacciones patas arriba: compañeros de Prado en jornadas sin horas por todos los escenarios del horror. Todo eso y tanto más, no puede merecer la consideración de amedrentados. El Ministro- excelente policía, que lo fue [Acebes], después de la soledad y el equilibrismo, perdió en la ira papeles que ya no quedaban..., por más que los tuviera, tan pronto dieron las del lunes 15, y a cara de perro, en aquella rueda de prensa removiendo sin perdón.
Los trenes de la muerte, como en todo acto bestial, lograron prioritariamente la indecencia del martirologio cruel de 192 inocentes: la bebé polaca; Livia, la rumana enamorada del otro joven español igualmente muerto; el peruano al que le comunican en el Clínico que su amigo ingresado está camino de la morgue del Ifema; la hermana del Jefe de Informativos de RNE en Cádiz, Lominchar, y una prima de Luis Manuel Fernández Iglesias, nuestro hombre ante la Casa Real... Nunca vímos nada similar a aquella riada de dos millones de paraguas bajo las lágrimas de Madrid, todos queriendo alcanzar la Atocha de la sangre obrera derramada, de jovencísimos profesionales y estudiantes identificados en medio de tanto resto imposible, de 43 inmigrantes procedentes de catorce países tan distantes..., inclusive del Senegal, más próximo a lo que parece. Ni cosa igual a la rebelión callejera montada desde mensajes de móvil, sin duda, interesados... "Noticia de la CBS: Bush lamenta que el apoyo de Aznar en Irak haya provocado estos muertos. Pásalo". Una vez soltado el acorralamiento, las horas mediáticas de histeria estaban servidas..., con alto sentido de la profesionalidad, dijo Delgado al amanecer. Se levantó de su tumba el No a la guerra y Bambi o Sosomán, y hasta Quijote, todo en uno, hicieron campanada del ZP Presidente. En bandeja, en la peor de las postguerras, o sea, sin salida. Lo escribiría Cueto: "los zetapenses son minimalistas". Las huellas de la casucha de Morata de Tajuña mostraron a unos durmientes, y si la UE hizo del 11-M algo suyo fue porque entendieron que aquellas mochilas lo mismo pudieron acabar en Florencia que en Berlín.
En la era que marcó Pilar Manjón,
Una luna de Tánger recorta el principio de la noche, en el día que lloró media España, y buena parte de Marruecos. Un cogollo de veneno se ha asentado en la calle Génova desde el mismo momento en que los jerarcas de un Partido se enrocan en sus pecados, digo, para que me entiendan.
-"¿Cómo puede uno fiarse de un político que luce moreno UVA todo el año?"- me ilustraba un militar amigo acerca de Zaplana.
Marruecos, dardo de todos nuestros males porque no les entendemos; la maldición del colador, como dijo Íñigo Alfonso recogiendo las palabras de gran valor conseguidas de un comandante de la Gendarmería de costas. De demostrarse que existió un solo caso en que a los repatriados de ciudadanía dudosa se les abandonó, peor que a los perros, en medio de arenas sin dueño..., ya va siendo hora de que algunas ONG's de excesiva prudencia y remisas a los Medios hablen, y hasta canten.
Los marroquíes de bien, que lo son en mayoría, y no sólo porque la beneficencia, la solidaridad, les sea exijida, sino por maestros del agasajo, nos brindaron un banquete de Pantagruel en casa de los hermanos Rbahi: una acogedora y noble residencia del Tetuán de las Victorias (¡qué horror) La del río Martil y su populasa playa. Las poblaciones marroquíes responden a auténticas consignas poemáticas con sus nombres; en el caso de Tetuán, Abre los ojos... a las fuentes, a sus zocos [Vivanco nos ha propuesto que indaguemos por si quedara algún aparato de la vieja Radio, la primera, a través de la cual Franco lanzó al aire su proclama a la sublevación militar; nadie sabe]
Las suntuosas bandejas, al estilo de un grabado de las Bodas de Camacho, repletas de meros, corderos, cuscuses, frutas, de repostería y de la media luna en verso, sin parangón posible, las ponían estos señores que impulsan La Caridad y La Bondad, y téngase en consideración que los cerca de cincuenta comensales, a más de formar parte de la creme de Tetuán, mimaban a Piqueras y a sus juguetes para Crecer Jugando. Pedro está por Marruecos desde hace un tiempo, y ya le entiendo; no porque vaya por las Medinas y la morería entera le designe, le toque por su real nombre, no. Sus, y nuestros, mejores amigos son simpatiquísimos médicos que inspiran decenas de proyectos, significativamente infantiles: ciegos, discapacitados psíquicos, abandonados..., y también comedores para madres sin medios, o la que son rechazadas... Entre las respetadas personalidades, un ginecólogo es dueño del Hotel Chams, un hematólogo preside la nueva Peña de merengues Remate que ha inaugurado pocas fechas atrás Florentino Pérez, y este caballero con quien regresamos a Tánger en Mercedes es el principal consignatario de azulejos de Castellón. Los Rabhi, por su parte, son propietarios del transporte por carretera y de sólidas inmobiliarias que operan por la costa vip de Marina Smir o de Cabo Negro.
Sí, estas apariencias chocan con la vara que nosotros tenemos de medir las cosas. Al fín y al cabo es África, donde la intermediación concéntrica de patriarcas y jefes de tribu acaban, o comienzan, en el dios rey. Esa pirámide logra contener a las masas revueltas en su caótica miseria, y quizás eso explique muchas cosas. Guste o disguste, tan sólo una frontera abajo -Mauritania o Mali- ya vemos como normal contar con ese tipo de estructuras para mejor torcer el rumbo de las cosas. ¿Por qué a Marruecos no?Alguien de los aquí mencionados es hijo del exMinistro de Asuntos Islámicos con Hassan II, y otro tuvo un suegro judío que financió el Dragón Rapide... Mucha de esta gente, lo crean o no, es tan autocrítica como nosotros; sufren lo mismo, aparte de la vergüenza, con sus propios males... Sin duda, hay que ir favoreciendo que este terrible mundo sea otro. Porque ¿cuál es el comportamiento de los nuestros...?: ¿abandonarles a su suerte en ese poblado de casuchas que esconden los plásticos por la Dunia de El Ejido, en el emporio Tierras de Almería, donde los harrags [carne de patera] alquilan rincones-patera a otros huídos, de paso, mientras rumanos y moldavos, por menos de 26 euros diarios, estiran alambres para levantar más y más invernaderos...? Salah, joven oriundo de Kouribga [zona de fosfatos del interior de Casablanca donde más se han movilizado los familiares de los muertos en pateras] sale caminando desde uno de esos chamizos, toalla al hombro, para epatar con su moreno del sur a las niñas adineradas que toman el sol junto a los yates de Almerimar, punto chic de la costa de Poniente. Conociendo de donde procede cada cual: pobladores de la Alpujarra que, de no tener nada, bajaron al descampado de Dalías y toparon con un ingente porvenir echándole -con dineros del Santander, pongamos- a la lana de roca, a la perlita o a la fibra de coco, semillas de calabacín...
En fín, que a todo bicho y lugar le cuecen habas...
Y, de no ocuparte en remar río arriba buscando el manantial -alguien dixit- tu prevalencia verbal o emocional estará hueca. Azárate si quieres, y no permitas que por inconsciente te estropeen el espíritu desbordante del que camina. El movimiento aumenta la visibilidad y como, adentro la Radio, todo lo tienen bien visto -en la pantalla- desprecian el trébol que nos alegra el día a los soñadores, o, continuando con Millás, a la mariposa que hemos visto posar en la torreta del tanque y a ese lagarto de colores sobre la tapia del cementerio. El caracol que recorría un cable en el amanecer de la Plaza de Oriente, a tres horas de la boda, y un gorrioncillo piaba encaramado a la grua de una cámara de TVE...; podría ser el vaticinio de que escamparía al acontecimiento [no serán observaciones baladíes cuando Rioyo, estando en la Luisiana de los EEUU -hay una en Sevilla- se fijó en el canto de las ranas como augurio de que era inminete la llegada del vórtice del Katrina]
-Quien eso dijo, se equivocó-
Raisuni, líder de los Ulemas del norte marroquí desde Xauen.
-"Yo marcho al reclamo muy lejos, donde pace el berraco del mufón, a 2.400 metros de altura, en los campos de El Nemprea, con mis machos...¡mírales que hermosos son!; aquel es El Lolo, y ése otro es El Moñas y, los demás, El Chato, El Villas... [así hasta veitiun ejemplar] sin capucha ni sayuela, al desnudo, con un esterillo. Unos 9 años tienen, que los cogímos en el Corralillo Baila, en El Gilillo y en Los Castellones; estos así están en el cazadero y aparece un buitre..., jamás les verás haciéndose el mochuelo o yéndose de hurto[...]"- De Pepe, el montero de Cazorla.
Como nuestra virtud no es la distancia... -“olereis en alta mar tierra donde no la hay”, avisaba un aparecido a la tripulación a punto de zarpar tras la ballena blanca y solitaria- poco sabemos del desmarque en una tangana -el carrito de la calle donde en Africa te sirven Nescafé con leche en polvo- y, en vez de ceñir nuestro trabajo a... “cargar con la grasa para encender las lamparillas del mundo...”, nos arredramos ante el indeseable y nos ponemos a esperarla [a la asesina] con la luna nueva de abril... ¡Ignorantes! ¡es ella [la noticia] la que nos elige a nosotros, y no al revés. Eternamente tentados a la casuística, impelidos a lo absurdo, a lo asombroso.
-"El 3 de septiembre de 1973, a las 18 horas, 20 minutos, 12 segundos, un moscón de la familia de las gasterodide, capaz de batir las alas 14.000 veces por minuto, se posaba en la calle [...]; justo en el mismo instante [...]"- así arranca El fabuloso destino de Amélie de Poulain. El destino y su concomitancia.
Extraños tonos a contraluz...
Eso de ahí afuera presenta mala color, verdad dolida, sociedad y ciudadanos enfermos...Dirigidos los focos hacia una masa deforme, se la descalifica intitulándola de iletrada, y al reportero entre ella…
Una sensación de patoso te aflije... ¿pero tú qué pintas, apostado en una acera, como un encuestador del INE? Naces intruso, sin los atributos de un Günter Walraff, ni siquiera el de indeseable. Y, para ser tú mismo, escoges al lego como tú: dar rienda suelta a ese circo de... “É'to ¿pa'qué'eé...?”. Treinta años pasaste con idéntica respuesta... “¡Pa'la Radio!”. Y vuelven, y vuelven... “¿Para Antena 3?", "¿Para Tele 5?", "¿Para Television Una...?” -demandaban ellas- mientras tú... “¡No, señora!; para la R-5", como si de tratarse fuera de una Radial, y de pago. Idéntica cantinela, e idéntica señora [¡tiene que ser la misma señora que se multiplica por doquier!] Cuando no... "¿Esto cómo va...?", inquiere azaroso tu interlocutor. "¡Déjate llevar...!", les dices, y se fian, oiga.
¡Gloria a las afirmaciones de puño que procuran arreglar el mundo de un plumazo...!, porque desvelan visceralmente la opinión soterrada. La gente ni engaña ni miente: se confunde, tergiversa cuanto oye o padece, le da la vuelta al calcetín de los prontos que le llegan a su boca, busca la tramoya del paso a la posteridad, sacan el sermón memorizado, te vacilan, les vacilas, repiquetean con sus delirios...; y su incorrección se convierte en un testimonio resueltamente libre, cargado de significados.
Como suelen carecer de flema, salvo opresión, la radio toda se llena de sensaciones, de olores, de gestos y aspavientos, de mechas prendidas. Somos icono o diana, también para la furia: un ábaco chino no valdría para contar los paseos a los que nos suelen mandar... ¡aire! ¡carril!, y muchas más. Tú feliz como un relámpago en el trigo [Cortázar vuelve] ¡vaya que sí!, que ¡hasta te meas de adrenalina!
Justo en las horas iniciales del humanizida 11-M... interrumpimos para[...] Antonio Sigris ha barruntado lo que andan temiendo por Moncloa: que, según fuentes próximas a los jueces de la Audiencia, se apuntan indicios de más de 60 muertos; a continuación, 120... Temblamos. Los Boletos no le siguen(?)... [Nos consta que Interior maneja ya una cifra incluso cercana a los 200; eran las 13:30 de la tarde] Que se vieron venir al orbe entero de PRISA incriminando al aire; a voluntariosos tipo la tele local con que cuenta en Ourense el Padre Silva y su Ciudad de los Muchachos. A altas horas de la reflexión, pasaban de las doce, iban los grupos de manifestantes, calle Hortaleza arriba, exigiendo a la gente... ¡a Sol, todos a Sol, que nos mienten! Los tonos de los celulares recrearon el averno con algo más que melodías.
Elevada a la categoría de tótem, la Víctima del 11-M queda fatídicamente apartada de la de ETA por ese rictus de autoinculpación, lágrima inagotable, a que se ha visto avocada media sociedad española, en un callejón de espejos deformes donde es imposible separar la decisión de las urnas de la salvajada terrorista.
Siendo lo cierto que, con el 11-M, vino lo innegable: una nueva generación de españolitos extremadamente afectos al paradigma mediático, acerado de impactos y ventanas de Red -slogan- y referenciado de poses vacuas, o del color del arco iris. ¡Vuelve la España del raga-fiesta! Por contra, la torpeza y el desdén con que el PP se comporta frente a tales demandas, la roña a la que cae en rodearse, la cosecha de antipatía que recoge por su desmesura en despreciar la transformación de las cosas, lo poco en que reparan en los añicos hechos por seres tan ruines como un Pedro Ruiz o una Norma Duval, la propia Ana Botella que se ciega de temor a la grosería de un zarandeo, el Dragó de los mil cuentos..., y Aída: otra pájara megalómana mayormente odiada por el sentido común y el ridículo, personajillo cagón a través del que los hermanastros del Crónicas, con la habilidad que manejan, trituran a terceros: cierto político, con todo el poder que tuvo, aprisionado en el vacío de los suyos y su propia estupidez.
Tras el mal sueño de la España perdedora, electoralmente hablando, Tele 5 se descuelga machacona con el ¡rodarán cabezas! de Slipy Holow, y, para mayor colmo de insensateces, acuden a nosotros las hirientes interpretaciones de lo ocurrido desde allende los mares y las estepas: capitulación, chantaje, cobardía..., según los dirigentes rusos mirando, ¡ay!, a Chechenia.
España de cabo a rabo, con la campaña teñida en sangre, ¡once millones por sus calles!: la marea tan alterada y, con las que vimos, sin el menor desmayo, en una tarde-noche muy hostil, bajando por todo lo que confluye a ese valle-río que es la Castellana, como si alcanzaran a ser dos millones parecidos de paraguas los que emergen por la boca de Atocha, las cinco horas de transmisión y de torrencial que hizo crepitar a los inhalámbricos Pastega, banderas de la América hispana con crespones, las anchas cruces de los andinos con la leyenda... “en ese tren íbamos todos”, y van del codo de militares franceses uniformados o de vascas que te saludan por su toponimia... “¡Hola!, soy Maite de Azpeitia...”(¡), el lazo pegado a las mejillas de los jóvenes que se envuelven en una empapada bandera y responden... “¡claro que importa quién ha puesto las bombas, a mí sí me importa!”] Los meses de crespones enarbolados a farolas, escaparates, ordenadores, antenas..., aquel minuto de silencio -nunca antes- del mediodia del 12M, lleno de sinificados, por Europa entera sintiéndose toda ella la Víctima..., y la Plaza de Cristo Rey, un mar de batas blancas -del Clínico, la Concepción- y les aplauden desde las elevadas oficinas de los edificios... Las Redacciones patas arriba: compañeros de Prado en jornadas sin horas por todos los escenarios del horror. Todo eso y tanto más, no puede merecer la consideración de amedrentados. El Ministro- excelente policía, que lo fue [Acebes], después de la soledad y el equilibrismo, perdió en la ira papeles que ya no quedaban..., por más que los tuviera, tan pronto dieron las del lunes 15, y a cara de perro, en aquella rueda de prensa removiendo sin perdón.
Los trenes de la muerte, como en todo acto bestial, lograron prioritariamente la indecencia del martirologio cruel de 192 inocentes: la bebé polaca; Livia, la rumana enamorada del otro joven español igualmente muerto; el peruano al que le comunican en el Clínico que su amigo ingresado está camino de la morgue del Ifema; la hermana del Jefe de Informativos de RNE en Cádiz, Lominchar, y una prima de Luis Manuel Fernández Iglesias, nuestro hombre ante la Casa Real... Nunca vímos nada similar a aquella riada de dos millones de paraguas bajo las lágrimas de Madrid, todos queriendo alcanzar la Atocha de la sangre obrera derramada, de jovencísimos profesionales y estudiantes identificados en medio de tanto resto imposible, de 43 inmigrantes procedentes de catorce países tan distantes..., inclusive del Senegal, más próximo a lo que parece. Ni cosa igual a la rebelión callejera montada desde mensajes de móvil, sin duda, interesados... "Noticia de la CBS: Bush lamenta que el apoyo de Aznar en Irak haya provocado estos muertos. Pásalo". Una vez soltado el acorralamiento, las horas mediáticas de histeria estaban servidas..., con alto sentido de la profesionalidad, dijo Delgado al amanecer. Se levantó de su tumba el No a la guerra y Bambi o Sosomán, y hasta Quijote, todo en uno, hicieron campanada del ZP Presidente. En bandeja, en la peor de las postguerras, o sea, sin salida. Lo escribiría Cueto: "los zetapenses son minimalistas". Las huellas de la casucha de Morata de Tajuña mostraron a unos durmientes, y si la UE hizo del 11-M algo suyo fue porque entendieron que aquellas mochilas lo mismo pudieron acabar en Florencia que en Berlín.
En la era que marcó Pilar Manjón,
Una luna de Tánger recorta el principio de la noche, en el día que lloró media España, y buena parte de Marruecos. Un cogollo de veneno se ha asentado en la calle Génova desde el mismo momento en que los jerarcas de un Partido se enrocan en sus pecados, digo, para que me entiendan.
-"¿Cómo puede uno fiarse de un político que luce moreno UVA todo el año?"- me ilustraba un militar amigo acerca de Zaplana.
Marruecos, dardo de todos nuestros males porque no les entendemos; la maldición del colador, como dijo Íñigo Alfonso recogiendo las palabras de gran valor conseguidas de un comandante de la Gendarmería de costas. De demostrarse que existió un solo caso en que a los repatriados de ciudadanía dudosa se les abandonó, peor que a los perros, en medio de arenas sin dueño..., ya va siendo hora de que algunas ONG's de excesiva prudencia y remisas a los Medios hablen, y hasta canten.
Los marroquíes de bien, que lo son en mayoría, y no sólo porque la beneficencia, la solidaridad, les sea exijida, sino por maestros del agasajo, nos brindaron un banquete de Pantagruel en casa de los hermanos Rbahi: una acogedora y noble residencia del Tetuán de las Victorias (¡qué horror) La del río Martil y su populasa playa. Las poblaciones marroquíes responden a auténticas consignas poemáticas con sus nombres; en el caso de Tetuán, Abre los ojos... a las fuentes, a sus zocos [Vivanco nos ha propuesto que indaguemos por si quedara algún aparato de la vieja Radio, la primera, a través de la cual Franco lanzó al aire su proclama a la sublevación militar; nadie sabe]
Las suntuosas bandejas, al estilo de un grabado de las Bodas de Camacho, repletas de meros, corderos, cuscuses, frutas, de repostería y de la media luna en verso, sin parangón posible, las ponían estos señores que impulsan La Caridad y La Bondad, y téngase en consideración que los cerca de cincuenta comensales, a más de formar parte de la creme de Tetuán, mimaban a Piqueras y a sus juguetes para Crecer Jugando. Pedro está por Marruecos desde hace un tiempo, y ya le entiendo; no porque vaya por las Medinas y la morería entera le designe, le toque por su real nombre, no. Sus, y nuestros, mejores amigos son simpatiquísimos médicos que inspiran decenas de proyectos, significativamente infantiles: ciegos, discapacitados psíquicos, abandonados..., y también comedores para madres sin medios, o la que son rechazadas... Entre las respetadas personalidades, un ginecólogo es dueño del Hotel Chams, un hematólogo preside la nueva Peña de merengues Remate que ha inaugurado pocas fechas atrás Florentino Pérez, y este caballero con quien regresamos a Tánger en Mercedes es el principal consignatario de azulejos de Castellón. Los Rabhi, por su parte, son propietarios del transporte por carretera y de sólidas inmobiliarias que operan por la costa vip de Marina Smir o de Cabo Negro.
Sí, estas apariencias chocan con la vara que nosotros tenemos de medir las cosas. Al fín y al cabo es África, donde la intermediación concéntrica de patriarcas y jefes de tribu acaban, o comienzan, en el dios rey. Esa pirámide logra contener a las masas revueltas en su caótica miseria, y quizás eso explique muchas cosas. Guste o disguste, tan sólo una frontera abajo -Mauritania o Mali- ya vemos como normal contar con ese tipo de estructuras para mejor torcer el rumbo de las cosas. ¿Por qué a Marruecos no?Alguien de los aquí mencionados es hijo del exMinistro de Asuntos Islámicos con Hassan II, y otro tuvo un suegro judío que financió el Dragón Rapide... Mucha de esta gente, lo crean o no, es tan autocrítica como nosotros; sufren lo mismo, aparte de la vergüenza, con sus propios males... Sin duda, hay que ir favoreciendo que este terrible mundo sea otro. Porque ¿cuál es el comportamiento de los nuestros...?: ¿abandonarles a su suerte en ese poblado de casuchas que esconden los plásticos por la Dunia de El Ejido, en el emporio Tierras de Almería, donde los harrags [carne de patera] alquilan rincones-patera a otros huídos, de paso, mientras rumanos y moldavos, por menos de 26 euros diarios, estiran alambres para levantar más y más invernaderos...? Salah, joven oriundo de Kouribga [zona de fosfatos del interior de Casablanca donde más se han movilizado los familiares de los muertos en pateras] sale caminando desde uno de esos chamizos, toalla al hombro, para epatar con su moreno del sur a las niñas adineradas que toman el sol junto a los yates de Almerimar, punto chic de la costa de Poniente. Conociendo de donde procede cada cual: pobladores de la Alpujarra que, de no tener nada, bajaron al descampado de Dalías y toparon con un ingente porvenir echándole -con dineros del Santander, pongamos- a la lana de roca, a la perlita o a la fibra de coco, semillas de calabacín...
En fín, que a todo bicho y lugar le cuecen habas...
Y, de no ocuparte en remar río arriba buscando el manantial -alguien dixit- tu prevalencia verbal o emocional estará hueca. Azárate si quieres, y no permitas que por inconsciente te estropeen el espíritu desbordante del que camina. El movimiento aumenta la visibilidad y como, adentro la Radio, todo lo tienen bien visto -en la pantalla- desprecian el trébol que nos alegra el día a los soñadores, o, continuando con Millás, a la mariposa que hemos visto posar en la torreta del tanque y a ese lagarto de colores sobre la tapia del cementerio. El caracol que recorría un cable en el amanecer de la Plaza de Oriente, a tres horas de la boda, y un gorrioncillo piaba encaramado a la grua de una cámara de TVE...; podría ser el vaticinio de que escamparía al acontecimiento [no serán observaciones baladíes cuando Rioyo, estando en la Luisiana de los EEUU -hay una en Sevilla- se fijó en el canto de las ranas como augurio de que era inminete la llegada del vórtice del Katrina]
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